Energía solar y Energía eólica.

La energía solar es una fuente limpia que convierte la radiación del sol en electricidad o calor, mediante paneles fotovoltaicos o colectores solares. Es una de las tecnologías renovables más accesibles y en crecimiento.
Como beneficio principal, destaca su disponibilidad casi universal, su carácter inagotable y el hecho de que su mantenimiento es mínimo una vez instalada. También permite a las personas generar su propia electricidad, reduciendo la dependencia de redes centrales.
En lo social, representa una herramienta poderosa para llevar energía a zonas sin acceso; ambientalmente, no produce emisiones contaminantes ni ruidos; y desde una perspectiva económica, aunque la instalación inicial puede ser costosa, se amortiza rápidamente y promueve empleos verdes.

Aprovechando la fuerza del viento, la energía eólica genera electricidad mediante aerogeneradores instalados en áreas abiertas o en el mar. Es una tecnología confiable que ha evolucionado significativamente en eficiencia y escala.
Entre sus ventajas se encuentran su abundancia en regiones elevadas o costeras, el bajo costo operativo y la posibilidad de combinarse con otras actividades como la agricultura (en parques eólicos).
Desde el impacto social, promueve empleo técnico y dinamiza economías locales; en lo ambiental, no genera emisiones durante su funcionamiento, aunque puede interferir con aves y el paisaje; y en el ámbito económico, reduce la importación de combustibles fósiles y permite que comunidades rurales generen ingresos mediante el arrendamiento de terrenos.